Según el Evangelio de san Mateo, Jesús dijo: “Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños. Mt 8, 1-5. 10. 12-14
Limpia mis pecados
Solo por tu sangre…
Limpiasteis mis heridas…
Y distes vida a mi ser
Tú eres digno de toda adoración
Por siempre te amare
Y tratare de no desviarme del camino
Que tú pusisteis para mí
Por que tu le distes forma a mi vida
Y le das aliento a mí andar
Solo por tu sangre
Sanasteis mis pecados
Y tú sin pecado alguno
Distes tu vida por mí
En ese madero tu cuerpo sintió el dolor
Sacrificaste a tu hijo amado
Para sanar los pecados del mundo
Solo tú limpias mis heridas
Y me as hecho un nuevo ser
Dame fuerza para no tropezar
Y ser cada día mejor
Solo tu guíame, y guárdame
Hasta el día del juicio final
Quiero ser parte en tu morada
La cual preparaste para todo
Aquel que en ti crea y te sirva hasta el final
Guía mis pasos, bendíceme a mí
A mi familia, mis amigos
Mi trabajo,
Y hazme un hombre justo para servirte mejor
Att. Eddin García